Kena de Luís Arévalo. Where Peru meets Japan.

Ferrer del Río nº7, Madrid

Este sábado pasado estuve en Kena, el nuevo restaurante de Luis Arévalo. El chef había trabajado anteriormente en otros restaurantes japoneses de la capital como el Nikkei 225, pero este mismo año decidió emprender un camino en solitario y así empezó la andadura de este restaurante.

La ubicación de Kena es como poco original, alejada del bullicioso centro de Madrid. El local, algo oscuro para mi gusto está dividido en dos: una barra, que es, sin duda, el mejor lugar para contemplar la maestría del chef, y un comedor. Lleno hasta la bandera estaban las dos zonas.

El nombre del restaurante hace referencia a una flauta tradicional de la cultura andina, la quena, el guiño a la cultura japonesa ha sido cambiarle la inicial por una K.

No hay carta. Así de simple. Tan sólo dos opciones llamadas Omakase que en japonés significa "encargo" o "protección". En este caso hace referencia al voto de confianza que se le da al chef para que él mismo escoja del mercado y le prepare al cliente lo mejor. "Los recuerdos, las emociones y los sueños inspiran estos menús" reza en el menú. 

Empezó entonces el desfile de platos. Las fotos que os muestro son de los platos que nos sirvieron este sábado, pero seguramente cuando vayáis os encontraréis otros platos bien distintos.

Las gyozas diferentes a las típicas rellenas de carne.

Gyozas de langostinos en miel de caña y pisco 

Del tiradito de pescado no me dio tiempo ni de hacer una foto, pero también estaba muy sabroso.

El ceviche servido en una copa: espectacular.

Ceviche mixto a la leche de tigre y wasabi

Los nigiris se deshacían en la boca... me los hubiera comido todos yo sola ;)

Nigiris de pulpo con crema de aceitunas negras y chips de jamón y nigiri de pez mantequilla con adobo de anticucho.

Nigiri de palometa roja con tomate y nigiri de vieira al aceite de cilantro

El Gunkan me pareció perfecto: el atún y el huevo se mezclaban en la boca creando una sensación muy única.

Gunkan de tartar de atún con huevo de codorniz

La salsa de las albóndigas muy particular con un gusto a curry muy profundo.

Albóndigas de wagyu al curry y ají amarillo

El postre de los mejores que he probado en un restaurante japonés, bueno nikkei. Una panacotta deliciosa.

Panacotta con chutney de frutos rojos, crema de olivas (sí) de botija y tierra dulce

BRUNCH EN EL MANDARIN ORIENTAL

BRUNCH EN EL MANDARIN ORIENTAL

Paseo de Gracia, 38-40. Barcelona

Hacer un brunch se está convirtiendo en unas de mis nuevas aficiones. Uno de los motivos es sin duda el horario. ¿A quién queremos engañar? Me cuesta salir pronto de casa un domingo. Otro de los motivos es poder conocer las nuevas propuestas de algunos restaurantes y en este caso de algunos hoteles.

Ya conocía el restaurante Blanc del Hotel Mandarin Oriental, así que me sedujo la idea de ir el domingo a hacer un brunch. El restaurante es relajante, la decoración corre a cargo de Patricia Urquiola. Obviamente el color predominante es el blanco pero el otro gran protagonista es la luz mediterránea. Los diferentes sofás aportan heterogeneidad al restaurante y un encanto muy especial y las diferentes mesas y sillones hacen que el conjunto resulte muy acogedor. El servicio sin duda ayuda a sentirte a gusto y sus recomendaciones son de fiar 100% (nos aconsejaron unos berberechos y volaron antes de que pudiera sacar la cámara: estaban deliciosos).

Al final del salón se encuentra el bufé con productos salados se encuentra al fondo del restaruante: ensaladas, cuscús, ahumados, embutidos, quesos, comida asiática, bacon, etc.

También puedes pedir a la carta. Nosotros probamos los huevos benedict con salmón...muy buenos.

Los arroces merecen una mención a parte: con bogavante, con verduras, mar y montaña...

Los mejillones al vapor con jengibre.

Después está el bufé de dulces. Ummmmmm. Tarta de manzana, de chocolate, muffins, bollería, panes de diferentes tipos, macedonia, fruta fresca, frutas del bosque.

Y también había dulces en la carta: crepes con nutella, dulce de leche, sirope de arce y los panqueques (pancakes) también se podían pedir con estos acompañamientos. ¡Qué buena pinta!

¡Ahh! y los cafés que también van incluidos en el precio. 

La verdad que todo es muy recomendable: el servicio, la comida, el lugar. Sin duda un lugar al que volver, ya sea para hacer el brunch otra vez o la merienda que tiene una pintaza increíble. 

KIBUKA

Kibuka

Calle Goya 9, Barcelona

Hace ya bastante que no escribo ningún post pero eso no significa que no me acuerde de hacer fotos de restaurantes. 

Estas son del Kibuka de la calle Goya, tienen otro en la calle Verdi y también disponen de Take away en la calle Torrent de l'Olla.

Me sorprendió la cantidad de makis que había en la carta...había tanto donde escoger. Así que fuimos a lo seguro: 

Tempura de verduras

Yakiniku (rollitos de solomillo con espárrago verde y cebolleta recubiertos con salsa miso y soja)

Makis con tempura de langostinos

Hicimos también un postre, pero la verdad sabiendo la pasión que tienen los japoneses por el dulce se puede obviar y comer más makis que estaban deliciosos

Mandarosso Pastis

Mandarosso Pastis

Calle General Álvarez de Castro 5-7, Barcelona

Hace ya tiempo que no actualizo el blog y no por falta de ganas... empecemos a retomar los descubrimientos por orden de llegada.

No sé si conocéis Le Cucine Mandarosso, yo estuve antes de abrir el blog y no tengo fotos, pero me imagino que volveré. Pues bien, la nueva aventura de estos chicos es Mandarosso Pastis. Estaba en la lista, así que hace unos meses fui.

El lugar tiene encanto, "caliu" que decimos en Cataluña, y aunque el propósito era merendar acabamos haciendo una meriendacena.

 

La relación calidad precio fue increíble. Un lugar verdaderamente para probar si estáis por la zona (Palau de la Música-Via Laitena). 


Perdonad por la fotos, pero no llevaba la cámara. Pero creo que la esencia está ahí ;)

Una mica de Japó

Una mica de Japó

Calle Aragó 104. Barcelona.

Me encanta la comida japonesa y éste era uno de los restaurantes que se me "resistía" en Barcelona. Una mica de Japó es un restaurante  nada pretencioso que ofrece comida japonesa auténtica, como si de una izakaya se tratara. Los platos están anunciados en unos carteles colgados del techo y se puede escoger también un menú diario servido en una caja de madera de madera: el bento.

Para empezar una tapa gentileza de la casa con una Sapporo.

Y para comer unas gyozas que me resultaron exquisitas.

Una tempura de verduras

Y unas sardinas con arroz, que no eran nada del otro mundo.

No era cuestión de pedir postre: ni los japoneses son muy dados a postres dulces ni teníamos tanta hambre.

En resumen espero acertar más la próxima vez...aunque ahora mismo me volvía a comer el plato de gyozas ;)

Je t'attends

Je t'attends

Carrer Aribau nº177. Barcelona

Creo que desayunar y merendar son mis dos comidas preferidas, así que cuando supe de la existencia de Je t'attends me fui directa a desayunar. Había que probar lo dulce y lo salado. Los croissants estaban muy ricos y los bocadillos...sólo hace falta ver la pinta que tienen.

Me encantó ver la presentación de los bocadillos y los dulces, tenían todos una pinta muy buena...pero no era cuestión de probarlo todo en un mismo día. El detalle de la barra con las baldosas tan típicas de Barcelona me encantó. Me parece un guiño muy gracioso a la ciudad.

El local está en pleno Eixample y es muy acogedor... puedes escoger entre los cómodos sofás o las mesas que hay por todo el local. El ambiente era bastante agradable con gente joven de la zona y algún que otro ejecutivo.

Espero que os gusten las fotos, el local está ampliando el horario, así que seguro que se convertirá en un must para los fines de semana. Sobre todo si los chicos siguen manteniendo esa simpatía. Son majísimos y me dejaron hacer un montón de fotos ;)

Café Emma

Café Emma.

Carrer Pau Clarís 142, Barcelona.

Antes que nada quería disculparme por el parón. Pero ya estoy aquí, otra vez, dispuesta a que conozcáis nuevos rincones del mundo y sobre todo de Barcelona.

Esta vez se trata de Café Emma.

Café Emma es un "bistro" o "bistrot" típicamente francés. La entrada ya recuerda las terrazas de los pequeños restaurantes franceses siempre tan acogedores.

Como buen restaurante francés que es no pudimos dejar de probar sus "frites" (patatas fritas para el resto de los mortales). Estaban buenísimas. La carne también. 

Pero a mí lo que me sigue maravillando de Francia, entre otras cosas, es su bollería, para que engañarnos. Lástima que no era el momento pero todo tenía una pinta buenísima y de mantequilla de verdad. 

Los postres estaban correctos: Tarte Tatin.

Macedonia de frutas con helado. Y al fondo la crème brulée.